jueves, 4 de diciembre de 2008

A pedido del público, el 'discurso' que dimos antes de que tocara Víctor:


Nos duele. Nos confunde. Nos habita. Nos marea. Nos sostiene. Nos tiene. Nos exige. Nos levanta. Nos golpea. Nos gasta (y cómo) Nos llena (y cuánto). Nos apura. Nos excede. Nos grita. Nos suplica.

EL ENAM.

Hoy no es fácil comprender que nuestra escuela sea obligada a sufrir tanto. Tanto. TANTO.

  • Robos
  • Destrozos
  • Incendios
  • Impunidad
  • Corrupción
  • Indiferencia
  • Mentiras

A lo largo del año sufrimos todo tipo de atentados que tuvieron como objetivo derrumbar esta escuela, nuestra escuela.

¿Responsables?, nadie.

Hace casi cinco meses entraron a la escuela, generaron focos de incendio en los pasillos y quemaron íntegramente el gimnasio dejándolo con peligro de derrumbe.

Hasta volcaron detergente en las cajas de electricidad.

Quisimos prevenirlo, sabíamos que llegarían las vacaciones de invierno y la escuela quedaría desprotegida. Pero el problema es que nadie nos escuchó. Nunca. Nadie.

Sin embargo, y a pesar de todo, hoy nos sentimos orgullosos de decir que no pudieron más que los que día a día vivimos el Enam. Y lo defendemos.

El Enam está de pie:

Pasaron dictaduras; quedó una división perdida de alumnos; pasaron directivos corruptos; pasó una cooperadora inventada; quedó el incendio del histórico gimnasio.

Y estamos acá. Los alumnos, los ex alumnos, los padres, los amigos, los profesores.

Empieza una nueva etapa. Y el Enam sigue de pie.


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