lunes, 15 de marzo de 2010

El Hambre No Tiene Rostro


Hace casi un año formamos parte de la comisiòn directiva del C.E.E.N.S.A.M., y, desde entonces, una de las primeras irregularidades que destacamos y denunciamos fue en relación a las meriendas que, oficialmente, estaban y están asignadas a cada uno de los alumnos regulares de la institución. Nuestras denuncias se referian a la alarmante (!!) inconstancia en cuanto al recibimiento de dichas meriendas, teniendo en cuenta que gran parte de los cursos y/o todos no tenían alcance a ellas, muchas veces hasta por dos semanas. Nos acercamos a los directivos con el fin de aclarar la situación y buscar una solución. Ellos nos explicaron que el problema venía del Consejo Escolar, y que el mismo bajaba 540 meriendas diarias siendo que el colegio alberga una cantidad mucho mayor que supera los 1000 alumnos. Para afrontar esto, afirmaron tener el plan de repartir los alimentos cada dos días, con el fin de compensar las carencias. Además se comprometieron a hacer las diligencias necesarias para que se regularize la llegada de las meriendas en relación a la cantidad de alumnos.
Al notar que esto tampoco funcionaba, insistimos en reiteradas ocaciones a lo largo del año 2009, sin mayores resultados y recibiendo respuestas cada vez más ambiguas.
Tras el comienzo del nuevo año lectivo(2010), retomamos el tema, esta vez tomando nuevas medidas:
Fijamos carteles en los pasillos informando a nuestros compañeros de su derecho a solicitar las meriendas que les corresponden, entre otras consignas relacionadas con la marcha del 24 de marzo y la adhesion activa de cada estudiante al C.E.E.N.S.A.M.
Inmediatamente, el secretario del Centro de Estudiantes, Juan Aguilar, fue citado por la Directora de la Unidad Académica, la Sra. Susana Granellis, quien le ordenó que retirara los carteles relacionados con el reclamo de las meriendas. Ella afirmó que las mismas no se repartían al común del estudiantado ya que se les asignan a los cursos con mayor necesidad económica. Sabiendo que, normalmente, las meriendas ni siquiera llegan a manos de los alumnos. Uno se pregunta tras escuchar este argumento se acumulan a los chicos de menores recursos en cursos determinados, o si la directora consulta a cada uno acerca de su condición. Ella afirmó haber recibido en varias oportunidades pedidos de chicos que necesitaban las meriendas y a los cuales afirmo haberselas asegurado. Dijo no ser responsable por la timidez de aquellos otros que no quisieran exponer su situación económica. Se sintió ofendida por la denuncia del Centro, y por lo tanto, decidió expresamente no establecer más relación con el mismo.
Así como se deja este problema en segundo plano, también se evaden y postergan muchos otros, priorizando, quizás, la sonrisa y el café inflatables ante la prescencia de un inspector, y la falsa condescendencia para con los alumnos frente a este.


C.E.E.N.S.A.M

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